Selección nacional femenina de Venezuela Sub-17, año 2014.
Foto: Archivo FIFA
No es ningún secreto que la práctica de cualquier deporte a nivel profesional y no profesional la iniciaron los seres humanos del sexo masculino y así transcurrió a lo largo de muchas décadas en el tiempo; tampoco es un secreto que las féminas comenzaron a incursionar en el mundo deportivo con pasos firmes y con mucha seguridad y reconocimiento externo.
No en vano se han creado torneos y ligas profesionales femeninas, especialmente en los países desarrollados; en el caso del fútbol, debido al progreso que estuvo experimentando entre las décadas de 1980 y 1990, la Federación Internacional de Fútbol de Asociaciones (FIFA) decidió experimentar en el año 1991 con la primera edición del campeonato mundial femenino de mayores, el cual se realizaría en China, con la participación de 16 selecciones, cantidad que ya se elevaría a 24 en el 2015.
De igual forma, desde el año 2002 se comenzaba a organizar el campeonato mundial en categoría sub20 y a partir del 2008 lo mismo ocurría con la categoría sub17, siendo Alemania, Estados Unidos y Corea del Norte las selecciones con mejor desempeño en esta disciplina, resumiendo todas estas categorías, entendiendo por ello que han sido los países que a nivel interno han contado con mejor organización y apoyo económico.
¿Y qué ha pasado con Suramérica? ¿Por qué no se ha tenido el mismo éxito que en el fútbol masculino? Quizás la respuesta está en que se han preocupado más por mantener ese prestigio en el renglón de los hombres que en querer potenciar el sector de las damas. En el caso de los campeonatos mundiales, la mejor actuación de un seleccionado de América del Sur la obtuvo Brasil en el 2007 en territorio chino, con un honroso subcampeonato, cayendo en la final ante las alemanas, pero contando en ese entonces con la mejor jugadora de todo el orbe: Marta Vieira Da Silva, siendo en la actualidad la máxima anotadora en estos certámenes con 17 goles.
Marta Vieira Da Silva. Foto: elpais.com
De igual manera, se pudiera decir que si hay otro seleccionado que también ha destacado en estas competiciones, específicamente en categorías inferiores, ha sido el de Venezuela; en el 2010 comenzó a brillar con luz propia, al obtener el tercer lugar en el torneo suramericano sub17 efectuado en Brasil, que a su vez le diera el pase a su primera copa del mundo, en donde obtuvo una victoria ante Nueva Zelanda, pero sin poder avanzar de primera fase.
En las ediciones de 2014 y 2016 de dicha categoría sub17, literalmente llenarían de gloria al noble fútbol venezolano, al alcanzar las instancias de semifinales de la mano de piernas prodigiosas como las de Deyna Castellanos y Gabriela García (ambas máximas goleadoras de la edición 2014 con 6 tantos cada una), además de Lourdes Moreno, Sandra Luzardo, Verónica Herrera, Michelle Romero, que hoy en día militan en el balompié extranjero.
Sin embargo, a pesar de estos importantes avances, ha faltado aún escalar a lo más alto del podio; la misma evolución de esta disciplina ha hecho que haya cada vez más países con ligas profesionales avaladas por la FIFA, pero en el marco de Suramérica al parecer esto no ha sido suficiente.
Deyna Castellanos. Foto: visionnoventa.net
Para complementar esto, hemos solicitado la opinión de 4 personas en Venezuela que, además de ser expertas en la materia, han podido darle mejor cobertura a esta disciplina tanto dentro de territorio venezolano como fuera del mismo; tal es el caso de Franjolys Borges, periodista de profesión y que ha formado parte de varias delegaciones de seleccionados femeninos de la «vinotinto», quién asegura que «en estos países subdesarrollados no se apuesta a la mujer porque aún existe ese tabú de que las mujeres no pueden hacer deportes de hombres».
Borges igualmente agrega que «ninguna empresa grande se atreve a invertir, pues se ha demostrado que la gente va al estadio a ver buen fútbol, indistintamente si es de hombres o mujeres. Colombia llena estadios, Ecuador llena estadios, Chile también, pero hasta que nuestros dirigentes no cambien su mentalidad cavernícola todo seguirá igual».
También consultamos a otro periodista especialista en la materia, de nombre Jaimen Puche, quién nos indica que «el tema del fútbol femenino en nuestra región pasa por un tema cultural, más allá de la crisis económica que envuelve a esta zona, un producto no podrá ser bien vendido sino se promociona como debe ser; la mentalidad machista que ha azotado al mundo en los últimos años lamentablemente también ha afectado al deporte».
Agrega Puche sobre este tema: «la Confederación Suramericana de Fútbol (CONMEBOL) ha tenido que obligar a los clubes afiliados a que cuenten con su equipo profesional femenino y que puedan participar en las competencias internacionales; también ha faltado una mejor gestión directiva, que incentive la práctica de este deporte a través de sueldos dignos y mejor infraestructura para mayor comodidad de las atletas».
De igual manera, Johanna Rojas, comunicadora social actualmente desempeñándose en la jefatura de prensa de las selecciones nacionales femeninas de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), opina que: «se han logrado importantes avances en materia de mercadeo, logística e inversión en los equipos profesionales, a tal punto que se ha podido acercar a los medios de comunicación y generar más ingresos, también con la inclusión de gente más capacitada e interesada en esta disciplina».
Asimismo, agrega que «ha faltado quizás más aporte de los clubes hacia las jugadoras, dotación de implementos como uniformes, balones y una mayor dosis de mercadeo; sin embargo, podemos destacar la creación de la Liga Nacional y la SuperLiga Femenina, reconocidas por la FIFA como torneos profesionales que además otorgan cupos a copas internacionales, además de la planificación de nuevos torneos de hasta 40 equipos, con la inclusión de un jugador categoría juvenil en la alineación titular, tal como ocurre en el fútbol masculino, así como la existencia de un cuerpo técnico completo en todas las selecciones, con sus respectivos viáticos y buenas condiciones en las concentraciones».
Finalmente, Carlos Celis, destacado periodista deportivo relacionado actualmente con el fútbol femenino en Venezuela, indica que «una de las cosas que se debe cambiar es el formato actual de competiciones en Suramérica, ya que sólo se disputa una copa América cada 4 años y es la que otorga los cupos a los torneos intercontinentales, como los mundiales y juegos olímpicos, generando que haya menos inversión y preparación con respecto a las categorías masculinas».
Aunado a ello, Celis destaca que en el caso de Venezuela, al tener solamente un cupo a copa Libertadores, que por lo general es obtenido por los equipos más sólidos (por ejemplo Estudiantes de Guárico ó Flor de Patria), hace que exista poco interés en el resto de los equipos; además que también puntualiza en el temor que ha habido en muchas jugadoras de contar con apoyo incluso de sus propias familias y que por esta razón han abandonado la práctica de este deporte. Con todo y eso, agrega que «se está presionando para que se sigan fortaleciendo los cuerpos técnicos tanto de las selecciones nacionales como de los mismos clubes con personas capacitadas en su área a desempeñar».
En síntesis, han habido avances significativos en esta región, pero sólo se requiere que se vean materializados en resultados más concretos, situación que si bien no se logra de la noche a la mañana, se debe trabajar de forma mancomunada y continua, aún en tiempos de crisis y de pandemia; pero sobre todo, dejar de lado el pensamiento obsoleto de que la mujer no puede dedicarse a estas labores.
Por: Maykell Sulbarán
IG: @maykelljoel81
TW: @maykelljoelht
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