lunes, 22 de julio de 2013

Pitazo Final | Fuera Violencia.. Bienvenido el Civismo


La violencia ha sido históricamente uno de los peores males de la humanidad en todas sus evoluciones; se ha podido apreciar quizás en algunos países más que en otros, sin incluir los escenarios de guerras entre diferentes naciones, dejando saldos negativos y cifras alarmantes de mortalidad.

Pero no es de historia universal de lo que vamos a tratar acá; sucede que este flagelo desde hace mucho tiempo para acá, ha podido (lamentablemente) encontrar en el deporte una vía de escape en donde personas que sólo saben generar violencia sean los protagonistas, por encima incluso de los atletas.

En nuestro continente se han visto casos llamativos como la violencia entre barras de fútbol en Argentina, Uruguay y Colombia; en Inglaterra décadas más atrás el caso de los ultra famosos "Hooligans", hoy día ya execrados de todo escenario futbolístico.

Muchos de estos casos se han podido observar también acá en nuestro país en partidos de la primera división venezolana, donde pocas han sido las prevenciones tomadas y muchas las sanciones, sólo que estas últimas no terminan de solucionar el grave problema social que se suscita en las tribunas jornada tras jornada.

Ahora bien, siendo más detallistas en esta columna, este año hemos podido notar que la violencia en nuestro país no solamente ocurre en el fútbol, sino también en otras disciplinas, como es el caso del baloncesto; justamente acaba de finalizar otra temporada de la Liga Profesional del mencionado deporte, por cierto la más larga de toda su historia, donde el centro de atención en lugar de ser el título obtenido por Cocodrilos de Caracas, resultó ser el triste episodio bélico ocurrido en el Gimnasio de Puerto La Cruz.

Se dice que cuando las cosas no empiezan bien, simplemente no pueden terminar bien; primeramente la LPB el año anterior tuvo cambios en su junta directiva, ahora presidida por Jorge Hernández (Presidente de Guaros de Lara) y teniendo al ex-grandeliga Bob Abreu como Vicepresidente, donde para este año se acuerda una nueva modificación en el formato del calendario del evento, extendiendo a 54 el número de partidos en ronda regular, y luego por si eso fuera poco disputar dos rondas de playoffs y por último la serie final, sumando hasta 27 juegos de postemporada; esta situación se pudo reflejar en el físico de los jugadores e incluso en el mismo aficionado, ya que al haber más partidos implicaba un mayor esfuerzo económico de su bolsillo, sobre todo a medida que avanzaban las instancias.

Estos constantes cambios de formato simplemente le restan seriedad a la liga y le resta algo de identidad; los directivos y socios, que no son más que los propios dueños de los 10 equipos participantes, deben preocuparse más por qué medidas tomar para garantizar la seguridad en los gimnasios, y no en que formato de torneo emplear en la próxima campaña.

No puede ser posible que se le dé acceso a personas que traigan consigo objetos contundentes, o que se les expenda bebidas alcohólicas en envases de vidrio, especialmente en un escenario tan tenso como una final; de hecho, al existir una situación de tal magnitud, muchos periodistas que cubrían el "espectáculo" expresaban que ese séptimo partido NO debía disputarse ese día, dado que no estaban garantizadas las condiciones.

Si bien no todo es culpa de la seguridad ni de las gerencias de los equipos, puesto que también esto pasa porque el ciudadano que va a un recinto deportivo a disfrutar de un evento importante como este, debe mostrar una conducta ante todo ejemplar, educada y cívica y siempre respetando al rival de turno además del resto de miles de personas que de igual manera asisten para apoyar a alguno de los equipos involucrados; si esto no ocurre, cosas como la del pasado Lunes seguirán pasando, aún teniendo el mejor dispositivo de seguridad.

Son muchos los factores a considerar, es cuestión de reunirse, liga, dueños de equipos, cuerpos de seguridad, aficionados y las autoridades del deporte en nuestro país, ya que éstos últimos son los responsables de la administración de buena parte de los estadios donde se juega a nivel profesional, donde hoy en día resulta necesario una mejor infraestructura en dichos escenarios que permita ofrecer mayores facilidades al público asistentes, así como un mejor despliegue logístico que garantice que se puedan identificar a los individuos encargados de sólo generar zozobra y malestar durante la realización de un evento masivo.

Esta reflexión no es sólo por lo ocurrido en la Final de la Liga Profesional de Baloncesto, ya que la misma ha finalizado y no se hablará más de ella hasta la edición del próximo año; sucede que en el mes de Agosto, a escasas semanas, seremos anfitriones de un muy importante certamen como lo es el Torneo Premundial de Baloncesto organizado por FIBA América, específicamente en la ciudad de Caracas, y lo sucedido en Anzoátegui no nos deja muy bien parados ante el resto del continente.

Estamos con cierta posibilidad de nuevamente clasificar a un Campeonato Mundial de Baloncesto y para ello no solo se necesitará de armar la mejor selección, sino de tener el mejor apoyo de parte de la afición amante de esta disciplina, y que la prioridad sea alentar a nuestra "Vinotinto", más allá de los resultados que se puedan obtener; los violentos pueden ver el torneo desde sus casas, no los necesitamos... 

Suena el Pitazo Final... se termina el partido!

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