domingo, 19 de marzo de 2023

Se acabó el sueño en el CMB

 A solo 6 out de seguir trascendiendo en el Clásico Mundial de Béisbol se quedó la selección nacional, luego del jonrrón con tres en base de Trea Turner en el octavo capítulo. El batazo sentenció el marcador final 7-9 y a la vinotinto quien llegó invicta a los cuartos de final.


Desde el primer inning se tornó cuesta arriba, perdiendo por tres carreras, sin Martín Pérez que solo pudo hacer un out en su presentación y ante una ofensiva temible, desde luego el panorama era bastante gris. Sin embargo la novena criolla respondió rápido anotando dos rayitas, teniendo capacidad de respuesta ante la adversidad, escenario que francamente atravesaba por primera vez en el campeonato.

En el quinto episodio la artillería nacional explotó al encontrarse de nuevo en desventaja por diferencia de tres carreras y  aprovechó el descontrol del pitcher norteamericano, logrando cuatro anotaciones, significando la victoria momentánea y prendiendo la llama de  ilusión en los fanáticos.

La fatídica octava entrada para Venezuela llegó al encontrarse bases llenas sin out; el estratega Omar López depositó la confianza en Silvino Bracho, siendo el heredero de la situación dejada por José Quijada. El zuliano se puso en cuenta favorable de 2-0, así que trató de pasar al campocorto de los Filis de Filadelfia con un cambio de velocidad que no rompió lo suficiente, quedandose en la zona que todo bateador desea. El resto es historia, lo cierto es que Venezuela quedó eliminada.

Queda la amarga sensación porque el grupo estaba para seguir avanzando. No solo por el invicto y las formas, sino por la percepción de una comunión en el grupo, una armonía, la cual todo conjunto que está para grandes cosas tiene. También es cierto, no se levantó un gran revuelo de inicio, tras los duros triopiezos en anteriores clásicos la cautela prevaleció.


Omar López se caracterizó durante el clásico en tomar buenas decisiones, pero el béisbol es un deporte en donde sobre todo a este nivel, cualquier error significa perder. ¿Por qué no empezar la entrada con Silvino? ¿Por qué no traer José Alvarado, siendo el cerrador estelar en esa situación?

Seguirán las interrogantes del fanático:  ¿Cuándo será? ¿Qué hace falta? ¿Lo lograrán? ¿Realmente tienen el nivel que creen? ¿No se lo creen? Mientras, tocará esperar el siguiente mundial en el 2.026, edición en donde se cumplen 20 años de la creación del campeonato.

Víctor Lamus.





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