Después de la abrupta, misteriosa y oscura salida de José Pekerman como técnico de Venezuela, Jorge Giménez presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, anunció a Fernando Batista como el heredero y encargado del procreso eliminatorio rumbo al mundial 2026.
¿El "Bocha" será capaz al menos de cumplir con el ciclo de eliminatoria? César Farías fue el último técnico en completarlo, hasta el día de hoy han pasado hasta cuatro estrategas, más un interino sin poder terminar el proceso.
De fútbol se habla poco, cuando el ruido de lo extrafutbolístico atrae toda la atención. Presidentes privados de libertad, incluso, el anterior falleció estando detenido por investigaciones.
¿Qué realidad encuentra Batista? Con una debiltada Liga "FutVe", en donde los equipos tienen deudas con los cuerpos técnicos, con los futbolistas, e incluso hasta el personal administrativo sufre los impagos. Son contados los dirigentes capacitados de fútbol, vitales para el desarrollo del balompié nacional.
El tema de la desaparición, fusión y cambio de nombres es otra problemática que sufre nuestro noble balompié. Este último semestre la crisis se agravó, incluso con cuadros históricos; algunos lograron salvarse sobre la marcha, con la improvisación que caracteriza a la mayoria de dirigentes.
Todo esto hace que el futbolista emigre sin importar el destino, ni la categoría, mientras a donde vayan les aseguren la estabilidad que en Venezuela desgraciadamente no existe. Por mucho tiempo con ansias esperamos que el futbolista criollo sea protagonista en las ligas más importantes y aunque algunos llegaron a ese fútbol élite, nuestro universo de jugadores se maneja en competiciones de segundo o tercer orden.
Bajo ese ambiente, los protagonistas de este deporte deben entrenar, viajar, jugar, estar concentrados, todo esto sin olvidar que tienen una familia, responsabilidades como cualquier persona, resultando difícil rendir al máximo.
En un país en donde ha costado construir cultura, arraigo, interés, con estos defenestros solo logran que el fútbol venezolano esté en el fondo de Conmebol, perdiendo el avance que alguna vez tuvo.
Desde luego Fernando Batista no es el salvador, ni tampoco lo era su maestro José Pekerman. La Federación debe garantizar las herramientas de calidad para cumplir un proyecto, que por cierto, esperamos conocer.
Las eliminatorias sudamericanas inician en septiembre, poco menos de 6 meses tendrá el argentino para implantar sus ideas y calar en el grupo, esperando que se vuelva a hablar de fútbol.
Víctor Lamus
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