Venezuela, después de empatar los cuatro
partidos que los llevó a la fase final, volvió a igualar su compromiso, cuando parecía
que los tres puntos y la victoria estaban amarradas. Una genialidad del
referente vinotinto, Yeferson Soteldo en el primer tiempo ante Colombia, dio la ventaja transitoria por primera vez en el torneo.
Foto: EFE |
Sigue quedando la amarga sensación, producto de observar el nulo funcionamiento colectivo de la selección dirigida por Rafael Dudamel. Tras 450 minutos en cancha, solo dos goles ha convertido, ambos a pelota parada y es que no existe una conexión entre el mediocampo, dependiendo de una acción individual de Soteldo, en muchas ocasiones corriendo 30 o 40 metros sin poder encontrar un apoyo. Romero y Peña, hacen un trabajo táctico enorme, pero las pocas esféricas que tienen en sus pies tras los pelotazos en su busca no las pueden jugar, están aislados.
Nunca había estado arriba en el marcador Venezuela, no supo cómo manejar la situación, al replegarse, entregar la esférica al rival, aunque Colombia no imprimía velocidad en el ambiente se encontraba un gol al no terminar de cerrar el resultado. El gol aunque fue de un penal riguroso, fue consecuencia de ser permisivo y no sellar lo que significaba en ese momento unidades vitales.
Sigue apoyándose la vinotinto en su fuerte, la confianza en la portería de Wilker Faríñez, la segurridad defensiva, el equilibrio de Yangel Herrera y la magia de Yeferon Soteldo. Nadie sabe si esto alcanzará para clasificar, sin embargo, por los numerosos módulos debería verse un grupo más cohesionado, aún falta camino, todavía existe chance que explote el verdadero potencial de cada uno de los jugadores, llevándolo al colectivo.
Por: Victorlamusht
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